Inteligencia Artificial, ¿un aliado o un enemigo de la ciberseguridad?

Si bien poco tardó en llegar a boca de todos gracias a sus facilidades y beneficios, la IA es una herramienta que está al alcance de la mano; lo que significa que tanto usuarios comunes como ciberdelincuentes pueden hacer uso de ella… y ponerla a merced de sus objetivos.

En este sentido, la IA puede ser un arma de doble filo cuando de ciberseguridad se trata, ya que puede optimizar y evolucionar aun más las herramientas de los ciberdelincuentes para que éstos logren sus cometidos y lucrar de manera ilegal.

Entre los principales riesgos a los que los usuarios están expuestos ante la llegada de la IA y su utilización con fines maliciosos se encuentran los hackers, quienes utilizan tecnología de código abierto y la combinan con IA generativa. Por otro lado, ya se ha observado la creación de bots a partir de la utilización de IA que pueden llevar a cabo ataques de ingeniería social, explorar código, automatizar vulnerabilidades, entre muchas otras funciones.

Entonces, ¿queda algo por hacer? Desde ya que si, la aparición de la inteligencia artificial se suma al desafiante contexto de amenazas ante el cual se deben tomar medidas de seguridad. A continuación, algunas a tener en cuenta:

1. Protección de redes: es fundamental contar con firewalls, sistemas de detección de intrusiones y software dedicado al análisis de tráfico de la red que pueda identificar y bloquear actividades sospechosas.
2. Gestión de Identidades: implementar una estrategia de control de accesos ayudará a reducir el riesgo de sufrir accesos no autorizados a los sistemas. Estas prácticas también incluyen doble autenticación y gestión del ciclo de vida de los usuarios, entre otros.
3. Endpoint protection: se trata de la adopción de medidas de gestión de puntos finales que incluyen el análisis basado en el comportamiento, inteligencia de amenazas y gestión proactiva de parches.

Es esencial mantener actualizadas las medidas de seguridad de la información para reducir los riesgos, entendiendo que los ciberdelincuentes optimizan y evolucionan sus ataques constantemente.

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