Phishing, malware y ransomware encabezan el ranking de los ciberataques que más prevalecen. En el año 2020, solo en América Latina, se registraron 41 mil millones de intentos de ataques informáticos. ¿Qué ha sucedido? La pandemia aceleró los procesos de digitalización e interconectividad, un evento que fue aprovechado por los ciberdelincuentes para atacar a sus víctimas.
No solo los usuarios particulares se encontraban conectados, sino que las empresas también migraron sus actividades y contribuyeron a la digitalización, ampliando la superficie de ataque para los ciberdelincuentes que, sin duda, se vieron favorecidos ante el crecimiento exponencial de usuarios en el ciberespacio y que, probablemente, no contaban con la seguridad ni hábitos necesarios para evitar ser vulnerados.
Hoy en día, existe un mayor conocimiento de este tipo de ataques y situaciones que se libran en el espacio online, pero aún asi, los ciberataques continúan siendo muy exitosos, por lo que las medidas de seguridad adoptadas, la concientización y las estrategias implementadas siguen siendo insuficientes, demostrando que es necesario seguir trabajando en materia de ciberseguridad.
Contar con equipos dedicados a la protección del ciberespacio resulta fundamental para prevenir y disminuir los riesgos. Al mismo tiempo, existe una tecnología especializada en el análisis de evidencia e indicadores que ayuda a las empresas a obtener un panorama claro acerca de los posibles riesgos, ya sean existentes o emergentes con relación a sus activos críticos. Se trata de la conocida Threat Intelligence, o Inteligencia de Amenazas en español.
A partir de la tecnología Threat Intelligence, se pueden hacer diversos análisis que permiten evaluar diferentes aspectos los riesgos identificados, como su costo financiero y cuestiones de operatividad del negocio. A partir de esta tecnología, se evalúan las amenazas, los incidentes, se contextualizan y se clasifican con el objetivo de anticiparse a posibles incidentes.
La ciberseguridad no se trata de un aspecto secundario, sino que debe encontrarse entre las prioridades de una empresa, sin importar rubro ni tamaño de la misma, ya que un ciberataque puede poner en juego la continuidad del negocio. Estar un paso delante de los ciberdelincuentes es posible.
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