El año pasado, más del 90% de las compañías radicadas en España fueron víctimas de un ataque cibernético

No solo los ciberataques no pasaron con la pandemia, sino que se multiplicaron a raíz de la misma, alcanzando incluso cifras récord. ¿Razones? Muchas. La pandemia ha sido la principal, pero no la única y con el correr del tiempo otras se han ido sumando a la lista. Además del COVID, la guerra en Ucrania, el trabajo remoto, y sitios fraudulentos han favorecido el surgimiento un escenario caracterizado por el crecimiento en el número de ataques con consecuencias que son para preocuparse.

Ejemplos pueden enumerarse una cantidad enorme alrededor del mundo. Las consecuencias son desde económicas, pasando por cuestiones de identidad, imagen y reputación, y hasta llegan a lograr el cierre de la actividad de las empresas.

Expertos registran un aumento de más del 50% de los ataques de ransomware en 2022 respecto al año anterior, y para este año se prevé también que el numero siga creciendo. Por otro lado, exponen que el año pasado más del 90% de las empresas en España fueron víctimas de ciberataques. De esta manera, el contexto obliga a las empresas a tomar medidas para, no solo evitar un escenario dañino, sino para que si son víctimas de un ciberataque éstas puedan continuar con sus actividades con la mayor normalidad posible. Para mayor precisión, las pequeñas y medianas empresas suelen ser el objetivo de los ciberdelincuentes, asaltando sus servidores o plataformas y generando daños tan grandes que complican la reanudación de las actividades.

Si bien muchas empresas ya han avanzado firmemente en la inversión en ciberseguridad, todavía hay mucho por hacer. Los ataques siguen evolucionando, al tiempo que aparecen grupos delictivos más profesionales y sofisticados que siguen poniendo en jaque la continuidad de los negocios. Por otro lado, también se encuentran las organizaciones que aun no han hecho frente a este escenario adverso y que se encuentran vulnerables a situaciones de alto riesgo y no cuentan con soluciones o planes de continuidad de negocio.  

Otra recomendación muy importante para mitigar los riesgos es contar con copias de seguridad para, en el caso de sufrir un ataque de ransomware, perder la menor cantidad de información posible.

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